"Las carreteras españolas se enfrentan a un deterioro
sin precedentes y sólo un cambio de timón en los Presupuestos de 2015 evitaría
la debacle del patrimonio viario". Esta declaración tan contundente la
hizo el presidente de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Juan
Francisco Lazcano, hace poco menos de un mes, el pasado día 17 de abril, al
presentar una auditoría del colectivo en el que se concluye que la situación no
sólo no se está corrigiendo sino que está empeorando a pasos agigantados.
Concretamente, la Asociación cifra el aumento del déficit en conservación de
las vías españolas entre 2011 y 2013 en un 20 por ciento en la Red de
Carreteras del Estado y en un 10 por ciento en las vías que dependen de
comunidades autónomas, diputaciones y cabildos.
La radiografía completa de las carreteras españolas muestra
que hay 162.000 kilómetros, de los cuales 150.000 corresponden a vías
convencionales, 9.000 a autovías y 3.000 a autopistas. Sólo el 15 por ciento de
las mismas depende del Ministerio de Fomento. La conclusión más inmediata de la
radiografía actual de esos kilómetros es que hace falta inversión para que las
carreteras españolas no sólo no se sigan deteriorando sino que además recuperen
los niveles de antaño. Porque ahora mismo, según los datos que la AEC incluyó
en su informe de 2012 (hecho público en el último trimestre de 2013), el estado
del firme está cayendo en picado desde que en 1999 alcanzara su mejor
calificación y ya está en niveles inferiores a los que presentaba en 1985.
Con la actual situación de crisis, parece complicado que
llegue esa necesaria inversión. En los Presupuestos del Ministerio de Fomento
para el año 2014, la partida para la conservación de las carreteras es de 818
millones de euros, la misma cantidad que en 2013, y un 30 por ciento menos que
los 1.257 millones de euros que se gastaron en 2010, el año que presentó la
cantidad más elevada. Los cálculos del Banco Mundial indican que para mantener
una red viaria de una forma adecuada es necesario invertir un 2 por ciento de
su valor patrimonial. El de las carreteras españolas es de 185.000 millones de
euros, 85.000 las estatales y 90.000 las demás. Eso quiere decir que la cuantía
económica que necesitaría España rondaría los 3.700 millones. La AEC es incluso
más contundente y cree que sería conveniente llegar a una inversión de 5.500
millones para "poner al día" las carreteras españolas.
Lo cierto es que las carreteras españolas llevan ya
demasiado tiempo sufriendo las consecuencias de la crisis. En mayo de 2013 se
rompieron más de 800 días sin que el Ministerio de Fomento firmara un contrato
de mantenimiento para reposición de firmes. Antes de que acabara el pasado año,
Fomento sacó finalmente a licitación un total de 45 concursos repartidos en
tres remesas (en mayo, en junio y en diciembre) por valor de 593 millones de
euros. Pero es un esfuerzo que por ahora es insuficiente. SEOPAN, el
Observatorio del sector de la construcción, explicó en su informe 'Evolución de
la licitación de concesiones de obras' que las grandes infraestructuras brillan
por su ausencia en 2012 y en 2013, después de una inversión de 6.218,4 millones
en 2010 y de 3,288,9 millones en 2011, y apenas ha habido un gasto de 430
millones en mantenimiento y conservación en 2012 para todo el periodo desde
2008.
Y no sólo el firme de las carreteras necesita esa inversión
para que las vías españolas tengan el estado óptimo. LA AEC calcula que,
además, hay que reponer 325.000 señales y repintar 39.000 kilómetros de marcas
viales. Sobre este segundo aspecto, la Asociación explica que ese trabajo es
necesario porque la pintura ha desaparecido o porque se ha desgastado el
material retrorreflectante. Para destacar la necesidad de esta labor, la AEC
esgrime investigaciones realizadas en Estados Unidos y Holanda que concluyen
que unas adecuadas marcas en la carretera reduce los accidentes en un 36 por
ciento. Cada cierto tiempo surge un nuevo estudio que incide en la preocupación
por el estado de las carreteras españolas, lo que está por ver es cuándo deja
paso la crisis a la inversión que necesitan.