Ya no caben dudas: Polonia es el mercado más atractivo de
Europa del Este para cualquier tipo de inversión. Es la sexta mayor economía europea y la más grande de esa zona
al Este del continente, pero es que además es el único país de Europa que no
cayó en recesión desde que comenzara la crisis económica. Una de las claves que
citan todos los informes relativos al país es, precisamente, el nivel de desarrollo de sus
infraestructuras. Sin necesidad de colocarse entre las mejores del mundo, sí
están entre lo más desarrollado de la zona, y eso hace que hoy sean muchos los
inversores que fijan sus miradas en Polonia, un país que además va a seguir creciendo.
El Banco Mundial, de hecho, ha anunciado para la economía polaca crecimientos
del 3,5 por ciento en 2015 y del 3,8 en 2016, con la única sombra en cómo
podrían afectarle los conflictos de Rusia con Ucrania y la Unión Europea.
Como muestra de las buenas perspectivas que ofrece Polonia Bloomberg
colocó al país en un reciente estudio como la 26ª mejor economía para hacer
negocios, la primera en Europa del Este y Asia Central. El Global
Infrastructure Investment Index de 2014, realizado por la consultora Arcadis, ofrece datos similares,
colocando a Polonia en el puesto 30 de su ránking de mejores países para
invertir en infraestructuras, superando a otras naciones europeas como Portugal
(puesto 31), Rusia (34), Italia (35), Rumanía (36) y Grecia (40). Ese informe
explica que muchos mercados europeos tienen dificultades para encontrar
inversión para mejorar sus viejas infraestructuras y otros tienen los fondos
pero no el compromiso de sus gobiernos para aventurarse en grandes proyectos.
Aunque la
burocracia, el complicado sistema legal y un cierto nivel de arbitrariedad en
la forma en que los jueces interpretan la ley son los grandes problemas de
Polonia, este país no se ubica en ninguno de los dos grupos antes mencionados y
avanza a buen ritmo. El mejor ejemplo se puede encontrar en la inversión de
80.000 millones de dólares que ha acometido Polonia en los últimos seis años
para mejorar las condiciones de sus carreteras y puentes. Hasta hace muy pocos
años, los inversores preferían otros mercados de la zona como base para sus
proyectos, pero Polonia ha reducido la brecha considerablemente en los últimos
años. Y una de las razones está, sin ninguna duda, en las mejoras en las
carreteras y las infraestructuras, porque eso se ha traducido en una enorme
reducción en los costes del transporte de bienes, un aspecto en el que este
país sólo se ve ya superado por Turquía en su zona de influencia.
El informe The Global Competitiveness Report, realizado por el
Foro Económico Mundial no da una buena posición a Polonia en sus
infraestructuras, quedando en el puesto 79 con una nota de 4 sobre 7. Pero es
un dato engañoso porque Polonia no para de progresar en este aspecto. Es verdad
que el punto de partida era muy atrasado, pero la situación del país no ha
cesado en su mejora desde la caída del comunismo y su posterior adhesión a la Unión
Europea, que se produjo en 2004. Con la mencionada inversión en carreteras, Polonia pretende
mejorar su puesto 89 en este ránking, con una nota de 3,5. De hecho, los
planes de la administración polaca, gracias también a la inversión de la Unión
Europea, son las de modernizar completamente en la próxima década la red de
autopistas del país, que ya cuenta con 2.800 kilómetros, casi todos construidos
después de 1989.
Aún con la peor
nota en los ránkings del informe del Foro Económico Mundial, 2,9, la red de
ferrocarril es la infraestructura que tiene un mejor puesto, el 55º. El sistema
es herencia de la primera mitad del siglo XX, cuando fue construida casi en su totalidad. La red se caracteriza por la presencia de estaciones en
puntos muy céntricos de las ciudades. Considerando trenes de alta velocidad
aquellos que circulan por encima de los 200 kilómetros por hora, Polonia no
tendría ninguna línea de estas características. Sin embargo, sí tiene más de
700 kilómetros de vía que soportan velocidades superiores a los 160 kilómetros
por hora y en 2015 se espera la inauguración de 1.500 kilómetros más,
incluyendo puntos en los que sí se supere esa barrera de los 200 kilómetros por
hora. Hasta 2012, el foco de las inversiones polacas estaba en las carreteras
pero el tren ya ha conseguido la atención que merece y el objetivo es que para 2020 las
doce ciudades más grandes del país estén conectadas por la alta velocidad.
Si hay una infraestructura que se
benefició especialmente de la organización de la Eurocopa de fútbol de hace dos años en
Polonia de forma conjunta con Ucrania, esa es la red aeroportuaria. “Si no
hubiéramos tenido la Europa 2012, habríamos mejorado nuestra infraestructuras
pero el tiempo para hacerlo habría sido más largo, entre dos o tres años más”,
explicó tras la celebración del evento deportivo Jakub Borowski, entonces jefe
economista del Kredyt Bank y autor de un informe sobre la previsión de impacto
económico de aquella Eurocopa. De hecho,
el transporte aéreo se lleva la mejor nota de Polonia en The Global
Competitivness Report, con un 4 y el puesto 86. El mayor aeropuerto de Polonia
es el Frederic Chopin de Varsovia, pero Wroclaw, Dansk, Katowice, Cracovia y
Poznan tienen grandes aeródromos que operan a nivel internacional.
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