¿Puentes de plástico? Sí, efectivamente el plástico es ya un
material más que fiable para la construcción de puentes y desde hace más tiempo
del que seguramente muchos imaginan. Y con unas gran cantidad de ventajas.
Aunque construir un puente de plástico es relativamente más caro que hacerlo de
la forma tradicional, a la larga permite ahorrar costes debido a que el uso de
los plásticos evita el herrumbre, la necesidad de pintarlo o un mantenimiento
regular. Un puente tradicional de hormigón necesita serias revisiones a los 20
años de vida, pero con la alternativa del plástico se pueden retrasar esas
tareas de mantenimiento nada menos que hasta los 50 años.
En España se utiliza esta tecnología desde abril de 2004,
que fue cuando se inauguró un paso superior sobre la autovía del Cantábrico, la
A-8, en el tramo Vegarrozadas-Soto del Barco, en la comunidad autónoma de
Asturias. El departamento de I+D+i de Necso Entrecanales Cubiertas, la actual
Acciona, se encargo del proyecto y la ejecución de la obra, la que aparece en la imagen, algo que acometió
en menos de un año. El puente, de 46 metros de longitud y ocho de ancho, fue el
primero que se construyó en nuestro país con polímeros reforzados con fibra de
carbono y en su momento se convirtió en el más largo de Europa, donde los más
extensos apenas tenían una docena de metros de longitud.
Siguiendo el ejemplo de este puente se han venido haciendo
más obras en España. Así, sigue esa estela la pasarela peatonal y ciclista de
Madrid Río. Acciona Infraestructuras consiguió por este proyecto el premio
Cinco Días a la Innovación Empresarial. Esta pasarela mide 44 metros y tiene un
ancho de 3,6. La misma empresa se encargó del diseño y construcción de la
pasarela sobre el río Júcar en Cuenca, con 216 metros de longitud divididos en
tres vanos de 72, una obra que recibió el premio Potencia del año 2011.
A pesar de estos proyectos, la composición de los puentes
hace que muchos proyectos se reivindiquen como los pioneros. En 2008 se
inauguró en Friedburg, en el estado alemán de Hesse, el que algunos consideran
como el primer puente de plástico del mundo. Esta construido con placas de un
polímero reforzado de fibras de vidrio montadas sobre dos vigas de acero. La
obra mide 27 metros de largo, cinco de ancho y un peso de 80 toneladas.
Sucede lo mismo con el puente inaugurado en 2011 en
Peebleshire, sobre el río Tweed, en Escocia. El material empleado es una
combinación de polietileno de alta densidad y polipropileno, obtenido de
fuentes recicladas como botellas de plástico y residuos de la industria del
automóvil. Son en total 50 toneladas de residuos plásticos, lo que hacen de
esta obra la primera en Europa de sus características enteramente realizado con
plásticos reciclados. El proyecto es de Vertech, una empresa galesa busca
cubrir la necesidad de crear puentes para el medio rural británico que
necesiten poco mantenimiento.
Vertech lleva a la práctica la tecnología desarrollada por el profesor Tom Nosker de la norteamericana Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, y es precisamente en Estados Unidos donde se construyeron los primeros puentes completamente fabricados con plástico reciclado. Así son el puente de Fort Bragg, en Carolina del Norte, que puede soportar un peso de más de 68 toneladas; el paso peatonal del valle de Santa Rosa, en California, que mide algo menos de ocho metros de largo y tres de ancho; o el puente de York, en Maine, ligeramente más largo que el anterior y que fue la primera construcción de estas características que se aplicó en el sistema de autopistas de Estados Unidos.
Vertech lleva a la práctica la tecnología desarrollada por el profesor Tom Nosker de la norteamericana Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, y es precisamente en Estados Unidos donde se construyeron los primeros puentes completamente fabricados con plástico reciclado. Así son el puente de Fort Bragg, en Carolina del Norte, que puede soportar un peso de más de 68 toneladas; el paso peatonal del valle de Santa Rosa, en California, que mide algo menos de ocho metros de largo y tres de ancho; o el puente de York, en Maine, ligeramente más largo que el anterior y que fue la primera construcción de estas características que se aplicó en el sistema de autopistas de Estados Unidos.
Realmente un gran avance de la tecnología de este tipo de estructuras que en el futuro cercano va a ser mas económico y empleado en áreas rurales en todos los países.
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