jueves, 10 de abril de 2014

Historia del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas


Desde el pasado día 26 de marzo, el aeropuerto de Madrid recibe el nombre de Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. De esta forma, se rinde homenaje al ex presidente del Gobierno recientemente fallecido en línea con la tradición de otros países como Estados Unidos o Francia que también homenajearon a sus históricos jefes de estado de esta forma. Es el último cambio en una historia riquísima, la de un aeródromo que abrió sus puertas el 22 de abril de 1931. La actual ubicación de lo que entonces se proyectó como el gran aeropuerto de Madrid superó en el concurso a Carabanchel Alto, Getafe y Vallecas. Dos años después de su apertura, mientras las obras continuaban, el aeropuerto de Barajas acogió su primer vuelo civil comercial. Era el 15 de mayo de 1933.

El proyecto corrió a cargo del arquitecto Luis Gutiérrez Soto y el ingeniero Marqués de los Álamos. El teniente coronel Jacobo de Armijo y Fernández de Alrcón fue su primer director. Barajas acogió desde el principio a cuatro compañías: Concesionaria de Líneas Aéreas Subvencionadas (CLASSA), Compañía Española de Trabajos Fotogramétricos Aéreos (CETFA), Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) y Compañía Española de Aviación (CEA). Líneas Aéreas Postales Españolas (LAPE), predecesora de Ibería, estableció la primera línea regular, Madrid-Barcelona. La Guerra Civil Española provoca el primer cambio traumático en el funcionamiento del aeropuerto, dedicado durante el conflicto a realizar servicios bélicos y de transporte civil con París, Barcelona y la zona norte de España. La normalidad se recuperó en abril de 1939. Iberia llegaría al aeródromo desde su base en Salamanca sólo un mes más tarde.

Los años 40 fueron los de la gran expansión de Barajas. En 1944 comienza a funcionar una nueva pista, que son tres al final de la década. En 1946 se abre el aeródromo al tráfico internacional y en la década siguiente se establecen los primeros vuelos regulares a Nueva York. En 1953 comienza a construirse el nuevo edificio que servirá de terminal, lo que hoy es la Terminal 2, y se inaugura en 1957, modificando la estructura del aeropuerto para tener dos pistas. La denominación de Aeropuerto de Madrid-Barajas la adopta en septiembre de 1965. Antes de que acabe la década de los 60, Barajas se moderniza. Primero se instalan las primeras ayudas radioeléctricas y después un sistema pionero para espantar las aves que pudiera colisionar con los aviones en el despegue o en el aterrizaje por medio de halcones perdigueros adiestrados por el conocido zoólogo Félix Rodríguez de la Fuente.

El auge del turismo y la llegada de los Jumbos en la década de los 70 permiten a Barajas una expansión entonces sin precedentes. Por ese motivo se inicia en 1971 la construcción de la terminal internacional, la que hoy es la T1. En 1974 Iberia crea el puente aéreo entre Madrid y Barcelona. La concesión a España del Mundial de fútbol de 1982 provoca una gran obra de ampliación que se inicia dos años antes. La última gran reforma del aeropuerto, y probablemente la más ambiciosa arranca en el año 2000 con la aprobación del Plan Barajas, que incluye la tercera pista y una nueva torre de control. En febrero de 2006 se inaugura la nueva terminal, que incluye la actual T4 y el edifico satélite conocido como T4S. En ese momento, Barajas se convertía en el cuarto aeropuerto europeo por número de vuelos.

Y es que todo ha cambiado radicalmente en los ya más de 80 años de vida de Barajas. En 1933, primer año de su funcionamiento comercial, por el aeropuerto pasaron 378 vuelos que transportaron a 2.873 pasajeros. En 2013, según los datos del Ministerio de Fomento, fueron casi 40 millones de pasajeros los que pasaron por el recinto (39.661.478). El récord de pasajeros en un mes se registró en julio de 2007, cuando nada menos que 5.011.924 se subieron a bajaron de un avión en el recinto madrileño. El de Barajas es un aeropuerto que está en funcionamiento las 24 horas del día, aunque presenta algunas restricciones horarias para que el ruido moleste lo menos posible a los vecinos de la zona noreste de Madrid, en el distrito del mismo nombre de la capital y en terrenos de los municipios de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Paracuellos del Jarama.

El ya Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas lo forman cuatro edificios terminales (uno de ellos dedicado exclusivamente a carga), un edificio satélite y dos diques; dos zonas principales de hangares; cuatro pistas paralelas en grupos de dos (en terminología aeronáutica se considera que tiene ocho pistas diferentes, ya que apenas se utilizan cuatro en función se opte por la meteorología por una configuración de operación norte o sur); y tres torres de control. La gestión del aeropuerto corresponde a AENA, cliente en numerosas ocasiones de los servicios del Grupo Azierta, por ejemplo en el control de las obras de construcción de la T4 del aeropuerto madrileño o en la evaluación estructural de las pistas de éste y muchos otros aeropuertos españoles.